Los Bosques y la Calidad del Aire
Autor: CIM . Publicado: 22/03/2013 Última actualización: 25/03/2013
Una reciente encuesta del Eurobarómetro señala que la contaminación del aire es una preocupación clave de los ciudadanos de la UE. La pobre calidad del aire causa cada año cerca de medio millón de muertes prematuras en Europa y se la asocia con elevadas pérdidas económicas, costos sanitarios, bajas laborales y daños a los ecosistemas.
Los espacios arbolados son actores dinámicos en este escenario, y representan un papel doble: por un lado, sufren los efectos de esa mala calidad del aire y contribuyen a la misma a través de los incendios forestales; por otro, son agentes silenciosos y eficientes en la limpieza y purificación de la atmósfera.
La Jornada sobre Bosques y Calidad del Aire celebrada el pasado 20 de marzo –un día antes del Día Mundial de los Bosques- fue una iniciativa del Colegio de Ingenieros de Montes en apoyo del Año Europeo del Aire. El objetivo era subrayar la importante contribución que hacen los ecosistemas forestales españoles, y la gran herramienta que suponen en la consecución de los objetivos de protección de la salud humana y el medio ambiente de la UE.
Organizada por el Colegio de Ingenieros de Montes en colaboración con la Representación en España de la Comisión y el Parlamento Europeo, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Madrid, el encuentro fue inaugurado por Carlos del Álamo, que recordó que “los bosques crean el entorno adecuado para luchar contra los perjuicios que provocan a la sociedad las emisiones contaminantes”.
En este Año Europeo del Aire, los Ingenieros de Montes han querido destacar la directa relación entre la calidad del aire y el papel de los bosques, ya que actúan como sumideros de CO2 en la atmósfera, y almacenan, en el caso español, entre tres y quince toneladas de dióxido de carbono por hectárea y año, unas 80 millones de toneladas en total, que suponen hasta el 20 % de las emisiones del país.
Durante la presentación de la jornada en la oficina del Parlamento Europeo en Madrid, Del Álamo subrayó el importante papel de los bosques para abordar el cambio climático, destacando que aparte de absorber parte de las emisiones tóxicas y mitigar así el calentamiento global, también devuelven a la atmósfera hasta cinco toneladas de oxígeno. Además, “los árboles eliminan del aire polvo y partículas en suspensión, entre 30 y 80 por hectárea y año”, manifestó el Decano del Colegio de Ingenieros de Montes.
La calidad del aire impacta, y mucho, sobre nuestros bosques, que este año han perdido salud, según el Inventario de Daños Forestales 2012 (IDF), cuyos datos han evidenciado defoliaciones superiores al 25 % en casi el 16 % de los pies de árboles analizados, casi 6 puntos más que en el año anterior.
Sarah Lambert, en representación de la Comisión Europea, quiso recordar que aunque la Unión Europea ha hecho mucho, “aún queda tanto por hacer. El principal objetivo de la UE en este momento es remodelar el marco político en materia de defensa de la calidad del aire”. La crisis marca nuestra realidad, recordó Lambert, “limitando los recursos energéticos mientras la contaminación aumenta”. Convencida de que no habrá crecimiento si éste no es respetuoso con el medio ambiente, destacó que a pesar de las apariencias, la calidad del aire es hoy mejor que hace 10 ó 20 años, y es gracias a que desde hace tres décadas se trabaja para tomar medidas en este aspecto, e instó a una mayor implicación de los gobiernos en las políticas de medio ambiente para evitar 100.000 posibles muertes prematuras sólo debidas a la mala calidad del aire.
Dióxido de azufre, ácido sulfúrico y sulfuroso, óxido de nitrógeno, plomo, mercurio, dioxinas… José Antonio Díaz Lázaro (Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del MAGRAMA) hizo un resumen de la evolución de las partículas tóxicas que hemos respirado o respiramos, y que han sido eliminadas o reducidas en un alto porcentaje gracias al Convenio de Ginebra, de 1979, un acuerdo internacional que vela por la calidad del aire. “¿Cómo es posible que en plena crisis haya aumentado en un 6% la emisión de NOx? Deberíamos haber implementado políticas de reducción de emisiones y lo que hemos hecho ha sido implementar la ‘dieselización’ del país”. Díaz Lázaro tiene claro que nunca hemos adoptado las medidas necesarias: “Incumplimos algunos de los niveles porque España nunca se ha tomado en serio el medio ambiente”.
La realidad de nuestros bosques, los mayores filtros de aire del planeta han empeorado su salud en 2012 respecto debido a su menor capacidad de resistencia a agentes nocivos, principalmente por la falta de agua: “Cuando un árbol no tiene suficientes reservas de agua es más vulnerable a los ataques externos”, ha recalcado Gerardo Sánchez Peña, de la Dirección de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, “aunque la muerte de un bosque nunca se debe a un único factor”. La salud de los bosques en 2012 se sitúa en una situación "intermedia", pero hay zonas en Galicia, Cataluña y el límite entre Cáceres y Badajoz donde "no es buena", explicó el ponente. Así lo reflejan los resultados de las redes europeas de seguimiento de daños en bosques, divulgados con motivo del Día Mundial Forestal en este encuentro coordinado por el Colegio de Ingenieros de Montes. Las redes europeas de seguimiento de los daños en los montes (Red 1 y Red 2) tienen un control sobre 6.000 puntos en toda Europa, de los que 620 se encuentran en España (unos 14.000 árboles).
Más allá del déficit hídrico, insectos defoliadores y otros agentes nocivos, el experto también destacó la detección de óxido de nitrógeno en algunas zonas, entre las que citó áreas del Levante.
Santiago Soria, Subdirector General de Patrimonio Verde del Ayuntamiento de Madrid defendió el papel imprescindible de los bosques urbanos y periurbanos en la salud de los ciudadanos como consecuencia de una mejor calidad del aire. El ejemplo de Madrid es casi único, puesto que ocupa el segundo puesto a nivel mundial en lo que número de árboles se refiere. “Madrid presume de tener 300.000 árboles, y eso sin contar el Monte del Pardo”. Convencido de que Dios perdona siempre, el hombre a veces y la naturaleza nunca, Soria recordó que ya Felipe II se preocupó de que en su imperio no faltaran árboles por el bien de la sociedad futura, “y ése debe ser también nuestro proyecto para los que vengan después de nosotros”.
“Maimómides ya se quejaba en el s.XII de la calidad del aire de Córdoba”, rememoró Ángeles Cristóbal, de la Dirección General de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Madrid. “Por suerte para los ciudadanos, los sistemas de análisis del aire son cada vez más sofisticados, y la ley cada vez más exigente”. Este será un año importante, manifestó Cristóbal, porque la directiva que regula la calidad del aire será revisada antes de que termine 2013.
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