Una correcta gestión forestal que dote de cobertura vegetal adecuada y permita el control de la erosión, unido a la ejecución de infraestructuras y obras hidráulicas reguladoras, resulta especialmente importante en las cabeceras de las cuencas de los ríos, y su correcta ejecución necesita una planificación con un presupuesto asociado y una inversión acompasada a lo largo del tiempo. La insuficiencia de esa gestión activa del territorio, junto con la falta de ordenación, que ha permitido un incremento de población en áreas inundables, han exacerbado el riesgo de riadas e inundaciones, que como en el caso de los incendios forestales, están resultando cada vez más severas.
De hecho, en el Proyecto de Adecuación ambiental y drenaje de la Cuenca del Poyo del 2005/2006, ya se contemplaban actuaciones de repoblación forestal, restauración y estabilización de suelos mediante la gestión de la vegetación, hidrotecnias, etc. que nunca se llegaron a ejecutar. Este proyecto se divide en varias actuaciones (proyectos ejecutivos), que apenas han sido desarrolladas parcialmente, con una inversión muy reducida respecto a la prevista.
Por este motivo desde el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes se plantea la necesidad de llevar a cabo de manera urgente actuaciones encaminadas a:
- Realizar mejoras en la planificación forestal y territorial, que incluyan la gestión activa del territorio como herramienta para la regulación del ciclo del agua y la reducción de riesgos asociados a fenómenos extremos.
- Aumentar la inversión en infraestructura forestal para la gestión hidrológica a través de la gestión de la vegetación y de pequeñas obras reguladoras (diques o albarradas que frenan el caudal y favorecen la infiltración), especialmente en las cabeceras de cuencas y barrancos, que permitan controlar de manera efectiva la escorrentía y reducir el riesgo de inundaciones. Todo en los ecosistemas forestales parece estar diseñado para frenar las avenidas torrenciales; desde los grandes árboles hasta los elementos más pequeños como el musgo, permiten realizar el control que necesitamos. Por eso, es importante retomar cuanto antes la colaboración Estatal-CCAA a través de instrumentos como los convenios que estuvieron vigentes desde 1984 hasta 2010. De hecho, el nuevo Plan Forestal Español 2022-2032 tiene previsto llevar cabo actuaciones hidrológico-forestales de forma coordinada en todo el territorio.
- Desarrollar medidas encaminadas a la desimpermeabilización de los suelos
urbanos y la incorporación de suelos que permitan la infiltración en los nuevos desarrollos mediante el uso de soluciones basadas en la naturaleza (pavimentos drenantes, tanques de tormentas, parques inundables, etc.)
- La incorporación de técnicos expertos en gestión del territorio para desarrollar un enfoque multidisciplinar de prevención basado en datos de calidad, en tiempo real, que integre soluciones basadas en la naturaleza, pero que tenga en cuenta los usos y las poblaciones de cada territorio.
- Educar y sensibilizar a una población cada vez más urbana en temas relacionados con la naturaleza, los fenómenos meteorológicos y la gestión y usos del territorio, resulta ser una necesidad de vital importancia que debe abordarse desde edades muy tempranas.
Tanto el COIM como los profesionales a los que representa están a disposición de las distintas Administraciones para la implementación de medidas que refuercen la gestión del ciclo hidrológico y preserven el equilibrio de nuestros ecosistemas en beneficio de todos. La ingeniería de montes acumula una amplia experiencia derivada de las atribuciones que le confiere la legislación vigente tanto en la gestión de emergencias vinculadas con la naturaleza (incendios forestales, erupciones volcánicas, aludes, riadas, etc) como en el diseño e implementación de medidas para su prevención, que es la base para un desarrollo sostenible y seguro.