Ricardo Codorníu: El visionario Ingeniero de Montes que transformó Sierra Espuña
Autor: COIM . Publicado: 26/09/2023 Última actualización: 25/09/2023
La figura del ingeniero de montes Ricardo Codorníu y Stárico (Cartagena, 1846 – Murcia, 1923) emerge como un pionero en la ciencia forestal en España. A pesar de su impactante contribución en la reforestación de la icónica Sierra Espuña, su legado a menudo ha permanecido en la penumbra. Codorníu, apodado el "Apóstol del Árbol", se convirtió en el artífice de un ambicioso plan de reforestación a finales del siglo XIX, un esfuerzo que no solo modificó el paisaje de la Región de Murcia, sino que también sembró las bases de las metodologías actuales de reforestación.
Codorníu, nacido en Cartagena en 1846, asumió el desafío de transformar Sierra Espuña en un bastión verde de vital importancia para la región. A medida que los recursos naturales de la sierra se agotaban debido a la explotación descontrolada y las actividades humanas, Codorníu visualizó una solución revolucionaria: una reforestación masiva. Su compromiso y dedicación inquebrantables hicieron que se convirtiera en el líder de esta monumental empresa.

El impulso innovador de Codorníu se hace patente en su metodología de reforestación. Aunque en su época conceptos ecológicos y medioambientales eran escasamente considerados, Codorníu incorporó estos principios en su enfoque. Con una visión que trascendía su tiempo, comprendió el impacto positivo que los bosques podrían tener en la salud de la región, la conservación de los recursos hídricos y la generación de empleo.
En 1888, Codorníu se involucró en la creación de la Comisión de Repoblación de la Cuenca del Segura, un punto de partida para su trascendental labor. Inspirado por la devastación que había presenciado en Sierra Espuña, Codorníu se dedicó a la tarea de recuperar y revitalizar la tierra. Más que un ingeniero, fue un visionario, un arquitecto de la naturaleza.
Los logros de Codorníu no se limitaron a la teoría, sino que se materializaron en acciones concretas. Durante aproximadamente 12 años, supervisó minuciosamente la reforestación de cerca de 5.000 hectáreas. Esta empresa titánica implicó la construcción de caminos, puentes, diques y viveros, todos diseñados para garantizar el éxito de las plantaciones. Codorníu no solo se centró en la reforestación en sí, sino también en la infraestructura necesaria para su gestión y mantenimiento.
El ingeniero desplegó un enfoque imaginativo y práctico. Los diques, fundamentales para la retención de suelo y prevención de erosión, son un ejemplo palpable de su innovación. Además, su elección de especies para la repoblación reveló su profundo entendimiento de los ecosistemas locales. Usando semillas de plantas autóctonas y empleando incluso métodos peculiares, como el lanzamiento de semillas con trabucos en áreas inaccesibles, Codorníu demostró su dedicación e innovación incansable.
La repercusión de la labor de Codorníu trascendió las fronteras de Sierra Espuña. Su enfoque sostenible y visionario inspiró la creación del Servicio Hidrológico-Forestal en 1901, una iniciativa que se expandió por toda España. Su metodología de reforestación se convirtió en un modelo exportable, llevando a la transformación de otros paisajes y regiones. La Sierra Espuña, que una vez se vio amenazada por la sobreexplotación y la erosión, fue declarada Sitio de Interés Nacional en 1931, consolidándose así el legado de Codorníu.

Hoy, el verde exuberante de Sierra Espuña es testimonio de la visión de un hombre cuyo trabajo sentó las bases para la conservación de este entorno natural. Ricardo Codorníu y Stárico, el "Apóstol del Árbol", sigue siendo un faro que guía a quienes buscan preservar y restaurar la belleza y vitalidad de la naturaleza.