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Celebración del Dia Internacional de los Bosques. San Lorenzo de El Escorial - Madrid, 02 de abril

Autor: COIM . Publicado: 15/03/2016 Última actualización: 18/05/2016

100 años de la repoblación del Monte Abantos

Se cumple un siglo desde que acabaron las tareas de repoblación del Monte Abantos, en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). No hace tanto tiempo, algo más de cien años, esta maravilla natural estaba “totalmente despoblado de especies arbóreas; en muchos sitios de todo tapiz vegetal o cubierta viva; en algunos falta hasta la tierra mineral, hallándose la roca al descubierto”, según figura en un informe de 1891. El Colegio de Ingenieros de Montes, el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial y la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid escogieron la celebración del Día Internacional de los Bosques para conmemorar esta centenaria fecha.

En abril de 1892 se realizó la primera plantación de 5.000 pinos de Pinus pinaster y Pinus pinea procedentes de pinares de Valdemaqueda y del Distrito Forestal de Cuenca. Los alumnos de la Escuela plantaron además posteriormente diferentes especies de pino: pino silvestre (Pinus sylvestris) y pino laricio o negral (Pinus nigra). Dentro del pinar, también plantaron pequeños bosquetes: pinabete (Abies alba), pinsapo (Abies pinsapo), abedul (Betula alba), castaño (Castanea sativa), cedros (Cedrus atlántica, Cedrus libani), hayas (Fagus sylvatica), olmo común (Ulmus minor), álamo temblón (Populus tremula), abeto rojo (Picea abies), arce (Acer pseudoplatanus), etc. Ello, junto a los trabajos realizados en la década de los 50, ha conseguido que Abantos sea hoy este magnífico refugio de biodiversidad y destino de muchos amantes de la naturaleza.

La Casa de la Cultura de San Lorenzo, antigua Escuela Especial de Ingenieros de Montes, acogió a los ingenieros de Montes y a los vecinos de la villa que quisieron acercarse a disfrutar de la conferencia y el documental preparados para este día. Carlos del Álamo, Decano del Colegio y responsable de la presentación del acto, quiso recordar las palabras escritas por Máximo Laguna en 1874 para dejar claro el estado del monte Abantos entonces: “…Sigamos por la desnuda y árida llanura de El Escorial…”, añadiendo que “el paisaje cambia siempre, nada permanece”.

Pablo Sanjuanbenito, Co-director del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, asistió orgulloso de representar a la Comunidad de Madrid en un día tan importante para los montes, e hizo un breve resumen de la historia de la sierra de Guadarrama: “La sierra ha cambiado mucho desde aquellos repobladores medievales, de los señores y los señoríos, de la Cartuja de El Paular. Pero en el siglo XIX llegaron unos nuevos transformadores del paisaje: los ingenieros de Montes, una nueva profesión al servicio de la sociedad. Llegaron para resolver el problema de la deforestación de España”. Sanjuanbenito destacó la importancia de estos primeros ingenieros de Montes, que vinieron, en sus palabras, “a proteger el agua, entre otras cosas, de la que dependen hoy 6 millones de habitantes en Madrid. Gracias a los bosques de la sierra se garantiza ese abastecimiento”. Los términos referentes al sector han cambiado mucho desde entonces, recuerda. “Hoy hablamos de desarrollo rural, de aprovechamiento de la madera, biodiversidad… No hay duda de que la nuestra es una historia de presente y de futuro”.

Acompañó al Colegio en esta jornada también José Manuel Jaquotot Sáenz de Miera, Subdirector General de Silvicultura y Montes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Reconoció con sus palabras el trabajo de todos los cuerpos forestales en la zona. “La historia del monte puede ser la historia de la Administración Forestal.  Los recursos forestales están hoy en boca de todos. Nos encontramos en un momento álgido para la profesión, porque nunca antes han estado nuestros montes en mejor condición de biodiversidad y extensión. Y ello es el resultado del conjunto de las personas que se dedican al sector forestal”. Jaquotot hizo referencia también a “aquello que decía Luis Ceballos en los años 40 de que el ingeniero de Montes debe ser el lazo de unión entre el naturalista y el economista… Hoy lo llamamos “gestión sostenible””.

Nuestra anfitriona, Blanca Juárez, Alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, hizo una llamada de atención sobre el modo en que “estamos destruyendo los bosques, imprescindibles para la superviviencia”. Aprovechó su breve intervención para comunicar la inminente aprobación del proyecto de ordenación de la jurisdicción, “de nuestros montes, que supondrá una mejora importante para él al poder tener un mayor conocimiento de su realidad”.

Luis Gil Sánchez, Académico de la Real Academia de la Ingeniería, fue el protagonista de la jornada con su conferencia “El monte Abantos y su entorno: el renacer de paisajes perdidos”, un repaso desde los caminos romanos conocidos hasta la actualidad del monte que captó la atención permanente de los asistentes. Gil agradeció su apoyo a Antonio López Lillo y  recordó que “el paisaje es la imagen del entorno que nos rodea, la vegetación y el relieve que nos rodean…” “Lamentablemente el paisaje anterior al hombre nos es desconocido, y por tanto imposible de recuperar”. Luis Gil, al hacer un resumen de las tareas de repoblación que experimentó el monte Abantos, hizo un especial hincapié en los científicos que en la historia reciente y en la actualidad aún critican la efectividad y beneficios de las repoblaciones. “Se sigue dando a la sociedad una imagen errónea de reforestación; una imagen negativa que hace predominar la idea de que es mejor no intervenir en el monte, y sin embargo, de él y de su buen estado se han beneficiado a lo largo de la historia la agricultura, la ganadería, el sector de la construcción civil, de la construcción naval, la actividad industrial. Todos estos usos provocaron la deforestación de nuestros bosques, y por eso hemos tenido que repoblarlos”.

Para hacerse una idea de cómo ha afectado el estado de los montes a la actividad económica a lo largo de la historia basta echar un vistazo a lo que supuso, en cuanto a madera se refiere, la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Había tan poco monte arbolado alrededor que hubo de recurrir a los pinares de Cuenca, de Valsaín, de Navaluenga en Ávila. La madera supuso el 75% del coste de la construcción del monasterio. En total, hicieron falta 17.000 árboles; 16.600 metros cúbicos de madera; 35.804 metros cúbicos en pie.

José Manuel Nicolás Zabala, cuarta generación de una familia de ingenieros de Montes, presentó, una vez finalizada la conferencia de Gil, el audiovisual realizado por él y Luis García Esteban, y que en 5 minutos hace un repaso a los últimos 150 años del monte Abantos: “Hemos querido poner en valor los 45 años que estuvo la Escuela en El Escorial, y lo que supuso para aquellos ingenieros de Montes tener un laboratorio natural para trabajar y observar a diario”. El documental, rodado con un dron, es un homenaje a los 300 ingenieros de Montes que se formaron en las aulas que son hoy la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial, “y que se encargaron de la restauración hidrológico forestal que salvó los bosques de España”.

En el encuentro se celebró además el vigésimo aniversario de la creación del arboreto Luis Ceballos, por lo que su hijo, Rafael Ceballos, también ingeniero de Montes, recordó los años de actividad de dos ilustres nombres de nuestra profesión: Luis y Gonzalo Ceballos. En su honor, la jornada finalizó con los scouts como protagonistas de la plantación de 30 pinos (pinus nigra) en el arboreto, y con un almuerzo en otro histórico de la localidad: la antigua Posada de las Ánimas, hoy restaurante La Cueva.







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