Buenas prácticas en la recolección de setas
Autor: Alfredo Rodríguez Decano COIM en CyL . Publicado: 05/10/2017
Ha comenzado la temporada micológica y los aficionados se disponen a recorrer los bosques para volver a casa con las cestas llenas. También han empezado las primeras intoxicaciones por setas que parecen indicar que muchos recolectores asumen riesgos innecesarios. Por ello es el momento de recordar el decálogo de buenas prácticas para la recolección de setas, que garantizarán la seguridad del recolector y la persistencia de las poblaciones de hongos.
- Hay que ir a buscar setas con el equipo adecuado: cesta, navaja, cepillo, ropa adecuada, teléfono móvil, mapas y brújula.
- Hay que conocer las especies comestibles que existen en la zona de recolección y las especies tóxicas con las que se pueden confundir. Para ello es aconsejable asistir a exposiciones, cursos de formación o rutas micológicas guiadas.
- Nunca se deben consumir setas no identificadas con seguridad. Igual que nadie va a coger “bayas”, sino a coger moras o arándanos, quien vaya a setas debe ir a buscar especies concretas y descartar el resto.
- Se debe recolectar sólo la cantidad que se vaya a consumir. Las setas son muy perecederas y hay que consumirlas o procesarlas pronto.
- No se deben destruir las setas venenosas o que no conozcamos, porque realizan una función dentro del ecosistema.
- No se deben recoger setas demasiado maduras, porque son indigestas y en el campo contribuyen a la reproducción del hongo. Tampoco se deben recoger setas muy jóvenes, que aún no han diseminado las esporas y que además son fáciles de
confundir con ejemplares jóvenes de especies tóxicas. - No se deben consumir setas procedentes de zonas contaminadas, como por ejemplo las ciudades o los bordes de carreteras de mucho tráfico, porque los hongos acumulan metales pesados, como el plomo.
- El recipiente para transportar las setas debe permitir su aireación, como ocurre con las cestas de mimbre. No se deben usar bolsas de plástico o mochilas, porque impiden la difusión de las esporas de las setas y aumentan el riesgo de pudrición.
- No se debe remover ni rastrillar el suelo, porque podemos dañar y matar el micelio, que es el cuerpo subterráneo del hongo.
- Antes de ir a recolectar a un monte hay que informarse de si se trata de una zona regulada o con una normativa especial, y en ese caso solicitar el permiso de recogida.